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11 de enero de 2002
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La reciente designación del Papa Juan Pablo II del Monseñor Kevin J. Farrel y el Padre Francisco González Veler, ambos diestros en el idioma español, como Obispos Auxiliares en la arquidiósesis católica romana en Washington, ameritó atención nacional porque el anuncio puso de manifiesto el reconocimiento de la iglesia de la creciente presencia de hispanos entre la feligresía católica romana en los Estados Unidos. En la conferencia de prensa en que se presentaron a ambos, el Arzobispo de Washington, Cardenal Theodore E. McCarrick, hizo notar que la "promocion de dos obispos que hablan español y han trabajado sirviendo la comunidad hispana católica es testimonio de la universalidad de la iglesia en la capital de la nación". El propio Cardenal habla español. Monseñor Farrell trabajó durante muchos años en México y el Padre González, español, se ha desempeñado en varios ministerios entre católicos hispanos en Estados Unidos.

Una de las vacantes de los cargos que ocuparán fue la que dejó el Obispo Alvaro Corrada del Río, S.J., que en 1997 se trasladó de su posición en Washington para asumir la dirección de la diócesis de Caguas en su isla natal, Puerto Rico. En la actualidad es Obispo en Tyler, Tejas, donde uno de sus objetivos es fortalecer los esfuerzos de la diócesis para llegar a más hispanos. Según la Conferencia Norteamericana de Obispos Católicos, en la actualidad hay 25 obispos hispanos en Estados Unidos, incluyendo el Padre González, uno de los recientemente nominados a asumir su posición en Washington a partir del 11 de febrero del 2002. De ese total, 11 dirigen diócesis, 4 están retirados y el resto son Obispos Auxiliares sirviendo en diócesis con numerosas poblaciones de católicos. El Obispo Corrada es el único puertorriqueño. .

De acuerdo con las estadísticas del Secretariado de Asuntos Hispanos de la Conferencia Norteamericana de Obispos Católicos, el aumento de hispanos en la iglesia está cambiando la faz del catolicismo en Estados Unidos. En su último estudio al respecto descubrieron que los hispanos comprenden entre 30 y 38% de los católicos en Estados Unidos, convirtiéndose en el grupo étnico más grande en la iglesia católica del país. Desde 1960 los hispanos han representado un 71% del amuento en la iglesia católica en Estados Unidos y, basándose en las proyecciones del Censo 2000, para mediados del siglo, 8 de cada 10 católicos en el país serán hispanos.

La numerosa presencia latina en ciertas regiones de Estados Unidos no es un fenómeno nuevo. Areas de la colonización española, tales como California, el sudoeste y la Florida, han dejado sus huellas en el carácter cultural de la iglesia católica local durante siglos. Lo que ha cambiado es la cantidad de inmigrantes hispanos que llegaron al país durante el siglo XX ubicándose en lugares donde antes la iglesia católica usaba el idioma inglés y manifestaba fuertes influencias étnicas de los inmigrantes irlandeses y de Europa oriental y occidental. La enorme cantidad de inmigrantes hispanos que se han establecido en esos lugares, primordialmente en el este, noreste y oeste medio del país, ha provocado una crisis para la cual las diócesis católicas no estaban preparadas para atender las necesidades de sus nuevos feligreses de habla hispana.

Para suplir esa necesidad, la jerarquía de la iglesia católica en Estados Unidos ha acelerado sus esfuerzos por integrar estos nuevos católicos a la vida de la iglesia, pero los problemas que eso conlleva son abrumadores. Por ejemplo, se cuenta con sólo un sacerdote hispano por cada 10,000 latinos católicos, en comparación con un sacerdote de habla inglesa por cada 1,200 feligreses anglo-sajones. Hasta que no comiencen a graduarse los candidatos hispanos de los seminarios en grandes cantidades, el aprendizaje del idioma español está siendo exhortado en todos los seminarios del país. El Padre Allan Figueroa Deck, S.J., Director Ejecutivo del Instituto Loyola de Espiritualidad en Orange, California, comentó a Servicio de Noticias Católico (CNS) que en los seminarios católicos en ese estado, el español es el segundo idioma. "No se puede graduar ningún seminarista sin poder dar la Misa en español, escuchar confesiones y presentar sermones".

En la arquidiócesis de Washington, donde los recién nominados ofrecerán sus servicios, se calcula que hay 200,000 feligreses latinos entre los casi 550,000 católicos registrados en el área. Hoy la Misa se ofrece en español en 27 de sus 140 parroquias y un creciente número de sacerdotes están aprendiendo a hablar el español. Hay tres párrocos hispanos en Washington en la actualidad. Antes de 1970, la arquidiócesis, que abarcaba el Distrito de Columbia y cinco condados de Maryland, contaba con una cantidad estadísticamente insignificante de católicos latinos. La llegada de hispanos al área de Washington durante las décadas de los años 70 y 80, producto de la violencia desatada en Centroamérica y subsiguiente llegada de inmigrantes de países latinoamericanos buscando mejorar su situación económica, provocó un dramático aumento en esa población. El mismo patrón puede detectarse en la diócesis de Arlington, Virginia, al otro lado del Río Potomac en el área de Washington, donde la población de hispanos católicos es aún mayor que en la arqudiócesis de Washington. Según las proyecciones de la Conferencia Norteamericana de Obispos Católicos, es la séptima diócesis en Estados Unidos en términos del crecimiento del número de católicos hispanos que ahora alcanzan a 300,000 con un aumento de 25% cada cuatro años. En la actualidad se ofrecen 28 Misas en español todas las semanas en los cinco condados de la diócesis de Arlington.

Ahora las diócesis con crecientes poblaciones de hispanos están tratando de responder a las necesidades de los inmigrantes de habla hispana estableciendo concilios diocesianos para atender a las necesidades sociales y espirituales de esta población y ofreciendo Misas en español en determinadas parroquias. Muchas de las personas involucradas en ministerios hispanos observan que la respuesta tiene que ir más allá de las Misas en español, ya que los hispanos traen consigo estilos de catolicismo que son únicos en Estados Unidos. Es un catolicismo con raíces en la cultura de los pueblos, donde la religión y la vida cotidiana están estrechamente vinculadas y donde las devociones populares son parte integral de una fe viva. Por ejemplo, el 12 de diciembre es el Día de Nuestra Señora de Guadalupe y ésta se ha convertido en una colorida celebración en muchas diócesis, con Misas acompañadas de música Mariachi, niños vistiendo los trajes de sus países de origen y procesiones por las calles circundantes a las iglesias.

A pesar de los nuevos esfuerzos por llegar a los católicos hispanos, los líderes de la iglesia reconocen que exite todavía un "ministerio paralelo". Esto significa que en cualquier determinada parroquia, la existencia de Misas en español y otras devociones para los latinos están muy lejos de haberse integrado a la experiencia espiritual global de esa iglesia. La iglesia católica en los Estados Unidos ha estado desplazándose, hasta ahora, en múltiples formas que no coinciden en sus esfuerzos por llegar a las minorías, una tendencia que el liderazgo de la iglesia dice que espera ver cambiar a medida que tanto cleros como laicos se sienten más cómodos con la realidad de una iglesia multicultural.

En una entrevista para este artículo, el Reverendo Ovidio Pecharromán, Director del Ministerio en Español de la diócesis de Arlington, le comentó a The Herald que su oficina ha preparado un plan de cinco años para ayudar a la diócesis a servir mejor a los católicos hispanos. El plan incluye el establecimiento de un Instituto de Formación para orientar a las personas involucradas en los ministerios de la parroquia a estar conscientes de las nuevas demandas de una iglesia católica que está cambiando de una predominantemente anglo-sajona a una multicultura. Para el 2010, los anglo-sajones católicos ya no serán una mayoría en la iglesia católica en los Estados Unidos. Los asiáticos, los afronorteamericanos y los indios norteamericanos contribuyen a la mezcla étnica de la iglesia. El Padre Pecharromán tiene la esperanza de ver una iglesia católica en Estado Undios con mayor cohesión en la educacion de sus laicos. "Los laicos católicos," dice, "que aprecien el idioma español y la cultura hispana, trabajando en cooperación con su pastor y bajo la dirección del Obispo, serán los que nos lleven hacia una iglesia católica integrada, representativa de todas las culturas y expresiones de la misma fe católica".