Si no hay impuestos - no hay representación
La edición de la semana pasada del Herald estuvo repleta de artículos relacionados con la celebración el 2 de marzo de 2002 de 85 años de cuidadanía estadounidense para los puertorriqueños, lo que inicialmente se otorgó mediante la Ley Jones de 1917 para todos los entonces residentes en la isla y quienes nacieran en el futuro dentro de los límites geográficos del territorio. A través de leyes posteriores la isla quedó excenta de pagar impuestos federales, a pesar de que los residentes de la isla pagan montos equivalentes, a veces más, al gobierno local del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Tienen además que pagar impuestos y beneficios sociales del Seguro Social federal, así como impuestos en ciertos productos.
Lo que se entiende con esta inmunidad tributaria es que la isla no recibe de manera equitativa, en comparación con los 50 estados de la unión, de las aportaciones de fondos para programas federales y que sus habitantes no cuentan con representación en el Congreso de los Estados Unidos. Los impuestos federales se han convertido en "un gorila de una tonelada" que acecha al futuro status político de Puerto Rico cada vez que éste se convierte en un tema de debate público. La estadidad parece ser menos atractiva para sus partidarios cuando el feo simio se escucha gruñir. Los promotores del status actual y de la independencia se muestran aterrorizados ante el descomunal abrazo. Irónicamente, como el nivel del ingreso per capita de los puertorriqueños está por debajo del estado más pobre de la nación (Mississippi), muchas de las personas que tendrían que someter su declaración de impuestos federales en Puerto Rico, no tendrían que pagar e incluso algunos recibirían subsidios personales del fisco federal.
Lo que está claro es que mientras el gobierno del Estado Libre Asociado continúe manteniendo un sector público tan grande y operando con un presupuesto en déficit, el tema de los impuestos federales no es relevante. Los legisladores en Washington no estarían propensos a sugerir cambios en la condición actual en que la isla no paga nada al gobierno federal. Pero también está claro que lo que el Congreso confiere, también está en posición de quitar. Bien podría suceder que un buen día los puertorriqueños, igual que todos los demás ciudadanos norteamericanos que generan ingresos anuales, tendrán que marcar el 15 de abril en sus calendarios ... y hacerlo con tinta roja. |