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Recientemente un domingo, una multitude mayormente de líderes del Partido Nuevo Progresista (PNP) y otros aficionados se reunieron frente al Capitolio en San Juan para conmemorar el 86vo aniversario de la proclamación de la "Ley Jones" que confirió cuidadanía estadounidense a todos lo que la querían aceptar en esos momentos y a toda persona nacida en la isla después del 2 de marzo de 1917. La manifestación ante el Capitolio pronto se convirtió en un duelo partidista entre los que apoyan para las elecciones del 2004 a los dos candidatos principales del PNP (Carlos Pesquera, actual Presidente del PNP, y Pedro Rosselló, ex-Gobernador que regresará a la isla después de un período en Washington, donde ejerció una cátedra, con la esperanza de ganar La Fortaleza para un tercer término en la gobernación) y la actual Gobernadora, Sila Calderón, del Partido Popular Democrático. Ya antes actividades de reconocimiento de la ciudadanía estadounidense para los puertorriqueños se han convertido en plataformas políticas para los residentes en la isla que favorecen la estadidad. Tradicionalmente en este tipo de conmemoración de la ciudadanía estadounidense brillan por su ausencia los miembros del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). En definitiva, el 2 de marzo se ha tornado en un ícono para una de las tres opciones de status político para Puerto Rico: la estadidad. Expresiones bien documentadas de los derechos y privilegios que confiere la ciudadanía estadounidense pocas veces se ubican entre las canciones, bitoreos y exclamaciones políticas del PNP. Casi siempre se pierde de vista la verdadera importancia de la fecha. Subrayando el punto de vista del PNP es que la ciudadanía estadounidense de los puertorriqueños está incompleta. Los residentes de la isla no disfrutan de los mismos derechos al voto con que cuentan los ciudadanos en los 50 estados de la nación y los puertorriqueños no cuentan con representación con derecho de voto en el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Sólo con el logro de la estadidad, argumenta el PNP, podrían todos los puertorriqueños convertirse en plenos ciudadanos estadounidenses. Hasta que eso ocurra, se consideran sólo residentes de una "colonia" y ciudadanos estadounidenses de "segunda clase". Por otro lado, el PPD se cuida cuando hace mención de la ciudadanía estadounidense en sus plataformas políticas y llamados al electorado. Subrayando esta actitud está la proyección del concepto de una doble ciudadanía "de facto". Puerto Rico, bajo esta aseveración no es un territorio no incorporado de los Estados Unidos (su designación oficial bajo la Constitución de los Estados Unidos) sino una "nación". Como tal, los puertorriqueños son "ciudadanos" tanto de Puerto Rico como de los Estados Unidos. La mantra del PPD que se trata de "lo mejor de dos mundos" requiere de dos léxicos para esta retórica: una que se formula en español para el electorado puertorriqueño y la otra en inglés para los funcionarios en Washington. La actual vocera del PPD, la Gobernadora Sila Calderón, ha invertido considerable energía gestionando en las oficinas de Washington, durante sus dos años en ejercicio, en un intento por articular este concepto tan único de la soberanía nacional de Puerto Rico. Por su parte, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) raras veces reconoce públicamente la existencia de la ciudadanía estadounidense, prefiriendo denigrarla en comparación con lo que describen como el "auténtico" estado civil de todos en la isla: el ser "nacionales de Puerto Rico". Sin embargo, cuando se trata de su definición de lo que anticipan como un Puerto Rico independiente en el futuro, insisten en el derecho de los puertorriqueños en la nueva nación a retener la ciudadanía estadounidense. Las encuestas públicas han demostrado que, a nivel individual, la mayoría de los puertorriqueños, igual que generalmente la mayoría de los estadounidenses, toman por sentado el hecho de que cuentan con la ciudadanía y no piensan mucho en ello. Con gran entusiasmo apoyan el sistema político local con una proporción de votantes sumamente alta; viven, estudian y viajan constantemente entre la isla y los Estados Unidos sin necesidad de portar pasaporte; y, cuando se comparan con otras poblaciones latinoamericanas, se sienten afortunados de ser parte de una vigorosa y próspera economía como es la de los Estados Unidos. El Preámbulo de la Constitución de 1952 de Puerto Rico indica: "Que consideramos un factor determinante en nuestra vida la ciudadanía de los Estatos Unidos de América....." Hoy la encuesta del Herald pregunta a sus lectores cómo es para ellos "un factor determinante". Pedimos a los lectores que tomen en cuenta cuatro aspectos de la ciudadanía estadounidense y seleccionen el que consideran que es el más importante. Para los que piensen que algún otro factor es más importante que las opciones que ofrecemos, proveemos un correo electrónico para que nos envien su respuesta. ¿Qué aspecto de la ciudadanía estadounidense es para usted el "factor determinante" más importante?
Por favor, oprima aquí para sugerir sus ideas para futuras encuestas o "Temas Candentes" a tratarse. |