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¿Cuál será el tema predominante en la campaña del 2004 en Puerto Rico?
He aquí las opciones.
- Desarrollo económico
- Corrupción política
- Crimen y asuntos sociales
- Status político
En una reciente encuesta de los Temas Candentes, la gran mayoría de los lectores del Herald opinaron que el artículo de marzo del 2003 de la revista National Geographic ("True Colors") puso indebido énfasis en desagradables problemas en Puerto Rico. Sin embargo, los problemas sobre los que se informó sí existen, al menos así opinan la mayoría de los principales participantes en la escena política de la isla que ya están tomando medidas para contrarrestarlos en las plataformas de su campaña. Cada uno de los tres candidatos al próximo período de gobernación en Puerto Rico ha decidido en qué pondrá más énfasis como tema principal en su llamados a los votantes.
La actual Gobernadora del Partido Popular Democrático (PPD), Sila Calderón, parece haber ya decidido. Aparentemente convencida de que su próximo contrincante por el Partido Nuevo Progresista (PNP) será el ex-Gobernador Pedro Rosselló, está escribiendo la letra para lo que anticipa será la canción de mayor popularidad durante la campaña titulada: "Corrupción, corrupción, corrupción". Ha estado perfeccionando la melodía desde que se postuló y ganó contra su contrincante del PNP, Carlos Pesquera, en las elecciones del 2000. Fue entonces que se formularon acusaciones de sobornos e influencia indebida contra miembros del gobierno de Rosselló, del cual Pesquera era parte. En las cientas de investigaciones subsiguientes y decenas de convicciones no se ha probado legalmente culpa alguna contra ninguno de esos dos políticos.
Carlos Pesquera, el Presidente del PNP, intenta competir contra Rosselló en una primaria para decidir quién será el candidato del PNP en las elecciones generales. Actualmente está luchando por conseguir apoyo dentro del PNP y debe de tener la esperanza que Sila Calderón esté en lo correcto en su opinión que Rosselló, debido a la corrupción que se descubrió entre los integrantes de su gobierno, es un candidato poco viable. Parece claro que Pesquera se ha mantenido relativamente libre de manchas a pesar de las contínuas insinuaciones del PPD sobre corrupción en el PNP. Por su parte, Pesquera se ha concentrado en sus acusaciones contra la Sra. Calderón como una Gobernadora que "no hace nada" y que ha permitido que mueran las promesas de iniciativas sociales que se habían formulado durante el gobierno de Rosselló. Como el funcionario público a cargo de obras públicas, Pesquera ha creado un récord de eficiencia y progreso. Está contando con que ese récord le ayude entre los votantes que desean ver una restauración de la economía de la isla, así como una nueva era de crecimiento.
Comprensiblemente, Pedro Rosselló espera que ambos estén equivocados. Ha admitido su responsabilidad al no reconocer la corrupción que existía alrededor suyo en La Fortaleza y está confiado en que los votantes aceptarán sus promesas que en cualquier gobierno futuro será el doble de vigilante. Dice que el asunto de la corrupción es ya algo del pasado, y en la medida en que todavía existe, es un problema del actual gobierno que recientemente a visto a algunos de sus funcionarios electos siendo objeto de investigaciones por alegada corrupción política. Rosselló ha dicho que tiene la intención de regresar a los primeros principios de su campaña de gobierno: poner ante el pueblo de Puerto Rico sus planes para una economía mejorada, reducción en el crimen y aumento en los programas sociales.
El status político, por supuesto, es el gorila de una tonelada parado tras cada uno de los candidatos a puestos públicos en Puerto Rico. Sila Calderón, en busca de un estado libre asociado con poderes más afines a una nación independiente, aunque dentro del sistema de los Estados Unidos, no ha llegado muy lejos en sus llamados a los miembros del Congreso para que le provean tal. En vez, ha llegado a aeropuertos del extranjero pidiendo ser recibida como Jefa de Estado, sólo para recibir la negativa de esos gobiernos a raíz de admoniciones emitidas por el Departamento de Estados Unidos. Queda todavía por verse si esas funciones dramáticas resultarán o no efectivas en el escenario político de la isla.
Otro actor en el drama político de status es Carlos Pesquera que ha organizado una campaña en apoyo a la bandera de los Estados Unidos para asegurar a los más asiduos miembros del PNP que él no mantiene una "posición ambigua respecto a la estadidad". Con el apoyo de los que promueven la estadidad y seguido por los medios de comunicación, se avalanzó con la bandera de los Estados Unidos a través de una multitud de empleados del PPD para poner el sínbolo de nacionalidad estadounidense al lado en la bandera de Puerto Rico en el pasillo de una oficina donde se habían rehusado a ponerla. El gesto le confirió gran publicidad e ímpetu político, que duró hasta que Pedro Rosselló entró nuevamente a la escena política. Los cargos levantados contra él por manifestación violenta los ha convertido en su escudo de valentía en su lucha por la estrella 51 en la bandera de los Estados Unidos.
Pedro Rosselló, que no pasó un día como Gobernador en que no estuviera soñando alguna manera de añadir esa estrella a la bandera de los Estados Unidos, ahora dice que no se dedicará activamente a ir en busca de la estadidad durante el próximo período en la gobernación que espera ganar. Dice que dejará ese asunto en manos de los tribunales, admitiendo que sus llamados a plebiscitos en el pasado y sus cabildeos en el Congreso en busca de legislación autorizando un proceso aprobado por el Congreso para que Puerto Rico pueda alcanzar un estado político permanente, fueron un error. Algunos observadores alegan haberle visto crecer la nariz unas cuantas pulgadas mientras emitía esas declaraciones pero, al menos por el momento, ha estado esquivando la retórica de la estadidad en sus presentaciones de campaña.
Revoloteando en torno a los mensajes de cada uno de los tres candidatos a la gobernación están los persistentes problemas que sacó a relucir el reportaje de National Geographic, para los cuales los puertorriqueños están esperando que el gobierno del Estado Libre Asociado provea soluciones. El nivel de crimen en la isla sigue aumentando, a pesar de que la Gobernadora Calderón dice que no es así. Estadísticas anteriores, alega ella, eran incorrectas ya que habían sido menoscabadas con la intención de hacerla aparecer mal en su papel de "jefa de policías". Todos los candidatos se están concentrando en cuidado médico, educación, vivienda y empleos, conscientes de que esos serán los temas básicos de mayor importancia para los votantes después que salgan de la intoxicación con la promoción del status político y las acusaciones de corrupción. Cada uno de los candidatos busca ubicarse como el (o la) más indicado (a) para cambiar la isla de modo que el próximo reportaje sobre Puerto Rico en los medios internacionales pueda referirse al "Shangri-La" del Caribe.
A medida que considera su voto (de hecho o hipotéticamente) en las próximas elecciones por la gobernación en Puerto Rico, ¿qué piensa que será el tema más importante para usted entre las opciones que le ofrecemos?
- Desarrollo económico
- Corrupción política
- Crimen y asuntos sociales
- Status político
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