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Cuando Sila Calderón anunció que no se postularía a un segundo término para la gobernación de Puerto Rico, le dio vuelta al revés al mundo político de la isla. También lanzó al Partido Popular Democrático (PPD) en un caos ya que ella lo ha dominado durante los últimos tres años. En un emotivo anuncio por televisión a la isla, la Gobernadora de 60 años dijo que desea "anticipar una vida mucho más balanceada en los años que le quedan". Más tarde dijo que su retiro será beneficioso para ella a nivel personal y bueno para su partido ya que está haciendo entrega del PPD a una "nueva generación de líderes." Con un gesto súbito resucitó del exilio político al hijo del ex-Gobernador durante tres términos Rafael Hernández Colón, el abogado José Alfredo Hernández Mayoral, quien ella rechazó como compañero de fórmula para la posición de Comisionado Residente en las elecciones del 2000. Luego con un guiño y movimiento de la cabeza, ubicó al actual Comisionado Residente, Anibal Acevedo Vilá, para la posición de Alcalde de San Juan en la contienda del 2004, confiriéndole un toque de caballero con su cetro; emitió un llamado al Vice- Presidente del Senado Roberto Prats para que se postule a ver si logra contar con la posibilidad de poner su foto en la pared de la oficina de Acevedo Vilá en Washington. Al actual Comisionado Residente no se le había notificado de antemano la proclama real y todavía no ha decidido si obedecerá o no al decreto de la "reina" de su partido. Días después unos 300 miembros del PPD se reunieron para ponerle su sello de goma a las selecciones de la Sra. Calderón. El encuentro semejó menos un proceso democrático que las maquinaciones de la política de partido estatal que caracterizó al PRI en México o las elecciones en la ex Unión Soviética. Los jugadores del PPD que no recibieron la mirada real de Calderón renegaron, pero se mordieron los labios en aras de la unidad del partido. Con todo y eso, existe preocupación dentro del PPD que Hernández Mayoral no cuente con el apoyo de los votantes como para derrotar a Pedro Rosselló, el presunto candidato a la gobernación en el 2004 por el Partido Nuevo Progresista (PNP). Hernández no ha ocupado nunca una posición política ni puestos a nivel de gabinete. A comienzos del año se mencionó como posible candidato contra el actual Alcalde de San Juan del PNP, Jorge Santini, en las elecciones del 2004. Los líderes del PPD calcularon que una victoria en esa contienda le daría la experiencia necesaria para intentar llegar a la gobernación después que la Sra. Calderón se cansara del trabajo. Se informó que la Gobernadora Calderón pronto lo ubicará en un alto cargo para que el aparente heredero pueda desempeñarse durante los meses que quedan de su gobierno. Voces dentro del Partido Independentista de Puerto Rico (PIP) y el PNP expresaron tenue alegría ante el anuncio y comenzaron a ofrecer sus propios mensajes especulativos sobre las posibles razones que la llevaran a tan precipitada decisión. La pregunta que altera a los puertorriqueños es por qué una Gobernadora en ejercicio, después de dos años y medio en la posición, truncaría su gobierno y pondría a su partido en tan delicado dilema. Es cierto que sus números en las encuestas públicas no eran alentadores. Una encuesta publicada por El Nuevo Día una semana antes de su anuncio la mostraba perdiendo la próxima elección ante Rosselló y Carlos Pesquera, su rival para la nominación del PNP. También su gobierno ha estado flaqueando. Sus iniciativas legislativas en Washington están repercutiendo y ella ha encontrado considerables problemas lanzando su agenda política debido a los frecuentes cambios en su personal de alto nivel y la oposición en la legislatura de Puerto Rico, a pesar de estar fuertemente dominada por miembros de su propio partido. No obstante, en la política 18 meses son una eternidad, tiempo suficiente para que ella repare los daños, ofrezca lindos discursos y corte cintas por toda la isla. Esto, junto con el hecho que Pedro Rosselló podría tropezar. Es vulnerable en lo que respecta el asunto de la corrupción política y varios de los altos funcionarios en su segundo término de gobierno han sido condenados por soborno e indebida influencia. El ex Jefe Ejecutivo de la isla abandonará su puesto catedrático en Washington el primero de junio para regresar a Puerto Rico permanentemente para comenzar su campaña a tiempo completo en un intento por reclamar su viejo escritorio en La Fortaleza (escritorio, que dicho sea de paso, se alega que fue el que usó el primer gobernador de Puerto Rico, Ponce de León). Hasta la fecha el escándalo de la corrupción no lo ha tocado, pero el ruido de cavar, cavar, cavar que se escucha por todo San Juan en estos días no es debido a la construcción del Tren Urbano. Los paniaguados del PPD están buscando con obsesión a través de los escombros del gobierno de Rosselló, buscando basura que puedan empaquetar en los anuncios negativos de campaña. Algo de esa podredumbre podría tener efecto, creando interrogantes en la mente de suficientes votantes como para que la elección se vuelque en dirección de la Sra. Calderón. Esta semana pedimos a los lectores del Herald que reaccionen al fatídico día en que Sila Calderón dio vuelta al revés a la política de Puerto Rico. ¿Es beneficioso para Puerto Rico que la Gobernadora se retire de la política electoral?
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