 Incluso antes de presentar oficialmente su candidatura, el antiguo jefe de desarrollo económico y turismo Luis Fortuño ha ascendido vertiginosamente como favorito para ganar las disputadas primarias del Partido Nuevo Progresista para el puesto de comisionado residente – que hasta ahora han atraído a cuatro candidatos.
Dado que todos respaldan al antiguo Gobernador Pedro Rosselló para el puesto principal en la papeleta electoral del partido, se espera que el Presidente del PNP Carlos Pesquera nombre a un compañero de carrera escogido por él.
Existen muchas razones para la atracción que ejerce Fortuño. A pesar de su sólido historial en la administración publica y su influencia política, el joven abogado es un rostro nuevo en el sentido de que nunca se ha presentado para un cargo electivo en Puerto Rico. Lo cual le convierte en un buen oponente frente al candidato del Partido Popular Democrático, Roberto Prats, un senador novato que se ha ganado el respeto de sus homólogos a ambos lados del pasillo y que tiene cierta experiencia valiosa como asesor de asuntos federales para la Gobernadora Sila Calderón cuando fue alcaldesa de San Juan y, antes de eso, como ayudante en la administración del antiguo Gobernador Rafael Hernández Colón.
Fortuño también supone un buen material para la prensa, especialmente ahora que se presenta – tras negar que lo haría más veces que el antiguo Gobernador de Nueva York, Mario Cuomo negase que se iba a presentar para presidente.
A pesar de su juventud y de su condición de recién llegado, Fortuño tiene un sólido record de logros como arquitecto del agresivo impulso dado por Rosselló a los nuevos complejos turísticos– una campaña, algo minimizada al lado de todo el estruendo sobre proyectos electorales de tal envergadura como el Tren Urbano, que trajo tanto el Westin Río Mar Country Club y Beach Resort y el San Juan Ritz-Carlton, además de la inauguración o importante renovación de docenas de otros hoteles. Cuando pasó a ser jefe de desarrollo económico, puesto que compaginó con el de jefe de turismo, supervisó la puesta en práctica de una agresiva revisión de los incentivos industriales que parcialmente protegió a Puerto Rico de la reducción progresiva fiscal de la Sección 936.
Todos los candidatos a comisionado residente pueden alardear de sus antecedentes en presentarse para el cargo. Como gobernador durante dos mandatos y comisionado residente durante dos mandatos, Carlos Romero Barceló dispone de décadas de contactos en Washington que él dice utilizará para ganar mayores beneficios federales para Puerto Rico.
Entretanto, la Senadora Miriam Ramírez de Ferrer, ha tenido una conexión con el clan Bush que tiene su origen en las primarias en las que George Sr. se enfrentó a Ronald Reagan, y tiene acceso a los principales líderes Republicanos en el Congreso. Como ciudadana, fue una luchadora infatigable por la estadidad, haciendo llegar a los principales responsables del gobierno federal una iniciativa de petición de los ciudadanos.
El antiguo Presidente del Senado, Charlie Rodríguez, también aporta un sólido historial como legislador local, que ha realizado un número más que aceptable de viajes públicos a la capital de la nación como para cualificarle para el puesto.
Como miembro del Comité Nacional Republicano de Puerto Rico, Fortuño ya ha empezado a entablar contactos a nivel nacional. Acaba de regresar de un viaje a Washington la semana pasada y este fin de semana va a asistir a la reunión estival anual del Partido Republicano en Nueva York.
La carrera resulta interesante porque, aunque los cuatro son partidarios de la estadidad, Romero Barceló y Rodríguez son Demócratas, mientras que Ramírez de Ferrer y Fortuño son Republicanos. Los observadores están dividiendo las primarias en dos mini carreras entre parejas de rivales compitiendo por los mismos sectores de respaldo dentro del PNP, pero sería erróneo asumir que un candidato Republicano está compitiendo más directamente contra el otro Republicano, mientras que el candidato Demócrata está compitiendo más directamente contra el otro Demócrata.
Lo más probable es que Romero Barceló y Ramírez de Ferrer estén compitiendo por los miembros más veteranos del PNP y los sectores más intransigentes, pro americanos. Fortuño y Rodríguez estarían compitiendo más directamente por los partidarios de la estadidad más jóvenes y los miembros más liberales del PNP.
Hay algo seguro. La carrera ya es algo sin precedentes en cuanto a que cuatro candidatos jamás han competido antes en unas primarias importantes en la historia de Puerto Rico. Escoger un ganador en el actual campo de acción no resultaría mucho mejor que aventurar una conjetura.
Este terreno abarrotado probablemente favorece a Romero Barceló y a Ramírez de Ferrer, ya que ambos han cultivado pequeños ejércitos de leales seguidores dentro del partido de la estadidad. Pero ya que los dos se presentan, no queda claro hasta que punto esto es una ventaja. ¿El ganador de su mini batalla, sería necesariamente el que consiguiera más votos, o esa competición dividirá el voto de los seguidores intransigentes del PNP de forma tan equilibrada que pudiera inclinar la carrera a favor de uno de sus oponentes?
Mi corazonada es que Fortuño sobrepasará a Rodríguez entre los votantes moderados del PNP. Ya parece dispuesto a alzarse con el mayor respaldo institucional, dando la impresión de que los principales legisladores de la estadidad le apoyan, incluso antes de que presente oficialmente su candidatura, lo cual está previsto para el lunes.
Oficialmente, Rosselló es neutral en la carrera, pero los asociados del antiguo gobernador dicen que está apoyando a Fortuño, que es el único candidato miembro del comité de reelección de Rosselló en el 2004.
Probablemente existe una buena razón por la cual Rosselló apoya a Fortuño. De todos los candidatos, Fortuño es el que tiene más posibilidades de servir de ayuda en la papeleta electoral de Rosselló en las elecciones generales.
Cuando Rosselló nombró a Fortuño jefe de turismo en 1993, era un joven abogado corporativo que todavía tenía que demostrar su valía y con unos cuantos acuerdos turísticos en su haber. La gente empezó a comentar sobre los "jóvenes Turcos" escogidos por el nuevo gobernador y cuestionó si la aparente obsesión de Rosselló por la juventud era el mejor modo de escoger un Gabinete.
Pero Fortuño demostraría ser una de las más sabias elecciones de Rosselló, logrando casi de inmediato una creciente demanda para el producto turístico de Puerto Rico y poco después un montón de nuevos proyectos de fomento. Pasaría a dirigir una agresiva revisión de los incentivos industriales del ELA que sigue siendo el centro del actual atractivo industrial de la isla.
Lo que es aún más importante, Fortuño recuerda los primeros días de la administración Rosselló; antes de que los escándalos de corrupción empañasen su promesa y desluciera su legado.
A pesar de los altos cargos que desempeñó bajo el antiguo gobernador, la integridad de Fortuño nunca ha sido cuestionada incluso habiendo controlado millones de dólares como jefe de turismo y luego de desarrollo económico. Esto alentará las esperanzas de reelección de Rosselló, en vista de los anteriores miembros de la administración – desde el Secretario de Educación Víctor Fajardo hasta la ayudante de La Fortaleza María de los Ángeles Rivera – condenados por las autoridades federales por los escándalos de corrupción.
Lo cual no quiere decir que Rosselló se salga con la suya – no lo logró en 1992 cuando Romero Barceló se convirtió en su pareja de carrera. Y el apoyo institucional no significa necesariamente una victoria electoral. No hay más que preguntarle a Rodríguez, que lo tenía en 1999 pero que de todos modos perdió de mala manera ante el entonces Senador de San Juan Jorge Santini en las primarias para alcalde de San Juan.
Cuando alguien se retire de la carrera – un acontecimiento probable en vista del abarrotado terreno– escoger un ganador para las primarias de comisionado residente por el PNP resultará mucho más fácil.
La situación hipotética más intrigante es la de que un Republicano vaya a ganar. Siendo ambos Rosselló y Pesquera Demócratas, significaría que si el PNP ganaba en el 2004, el gobernador de Puerto Rico estaría trabajando a un lado del pasillo central, mientras que su miembro sin voto en el Congreso estaría trabajando en el otro. Lo cual también supondría la primera vez en la historia de Puerto Rico.
John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net |
