6 de agosto de 2004
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Ronda #2 para los lectores del Herald: ¿Será Bush o Kerry?
Hace casi cuatro meses exactos que los lectores del Herald, en números sin precedentes, expresaron su preferencia por el próximo Presidente de los Estados Unidos. En ese entonces, el Senador John Kerry ya había acumulado más de la mitad de los votos de delegados necesarios para ganar la nominación, pero su victoria no era oficial. Ahora, la convención de los Demócratas que se celebró la semana pasada en Boston, oficialmente nombró al candidato y a su compañero de fórmula, el Senador de Carolina del Norte John Edwards, cuyas campañas procelitistas ya se encuentran en pleno vigor. A estas altura en la contienda, la mayoría de las encuestas nacionales muestran a Kerry/Edwards con un leve margen de ventaja sobre el actual Presidente y Vice Presidente, Bush/Cheney.
Eso podría cambiar cuando los republicanos celebren su convención en la ciudad de Nueva York a partir del 30 de agosto.
En el período transcurrido desde la última encuesta del Herald, el Presidente Bush y su compañero de fórmula, el Vice Presidente Richard Cheney, han estado viajando por todo el país, concentrándose en los denominados "estados de batalla" donde los resultados de las elecciones del 2000 fueron muy reñidos. Según sus propios cálculos, los republicanos dicen que tienen que mantener su margen de victoria del 2000 en esos estados para que Bush/Cheney puedan prevalecer en las elecciones del 2004. En algunos estados como Ohio y West Virginia, Bush logró victorias en la última ronda, pero desde entonces esos estasdos y otros han visto dramáticas pérdidas de empleos en el campo de la manufactura y muchos votantes culpan a las medidas de administración económica tomadas por el Presidente.
El mensaje del Presidente a los llamados "estados de óxido", porque en ellos se encuentra la mayor parte de la industria pesada de la nación, es que la economía está a punto de "dar un vuelco" hacia una nueva dirección que traerá consigo más trabajos profesionales. También hace mención de los cómputos de la Oficina de Estadísticas Laborales que indican que los trabajos en el país han ido aumentando en los últimos dos trimestres, lo que el gobierno de Bush atribuye a reducciones de impuestos que logró obtener de la sesion del 2001 del Congreso. Esos recortes tributarios, según Bush/Cheney, han estimulado inversión y confianza entre los consumidores y todavía no se han visto todos sus efectos.
El equipo Kerry/Edwards está haciendo campaña en esos mismos estados pero con un mensaje radicalmente distinto sobre por qué han ocurrido pérdidas de empleos y lo que el recorte tributario de Bush ha significado para la economía. Observan que los nuevos trabajos que se han creado, en promedio, pagan $9,000 menos que los empleos perdidos en la manufactura debido a la tendencia de los industriales a llevarse sus operaciones a otros países – tales como China – donde la mano de obra es más barata y las condiciones de trabajo son muy pobres. Kerry dice que, como Presidente, él reducirá impuestos para las empresas que creen empleos en los Estados Unidos, en vez de llevarse sus operaciones al extranjero. También que su gobierno hará respetar acuerdos comerciales para asegurar que la industria manufacturera de los Estados Unidos puede operar en igualdad de condiciones con el resto del mundo.
Bush está prometiendo aumentar los recortes de impuestos a todo el mundo, a pesar de los crecientes déficits del gobierno, mientras que Kerry está prometiendo recortes en los impuestos de la clase media y eliminar los recortes tributarios que ofrece Bush a los que ganan más de $200,000.00 al año. El mensaje de los demócratas a los votantes es que los "estadounidenses están trabajando más que nunca, ganando menos que nunca y pagando más que nunca por el cuidado de salud, estudios universitarios e impuestos. Las ganancias corporativas están aumentando dramáticamente, el gobierno sigue expandiéndose, pero las oportunidades para la clase media están reduciéndose". Además argumentan que el reciente crecimiento de empleos no se aproxima de forma alguna al nivel de empleo que existía al inicio del gobierno de Bush.
Bush responde que cuando la "clase inversionista" cuenta con mayores recursos eso estimula a la economía aun más, por lo tanto creando más empleos y salarios por los que se pagan impuestos para reducir así el déficit. Bush dice que en los Estados Unidos "una marea alta elevará todos los botes". La mantra de los republicanos es que el déficit no es cuestión de reducciones en los ingresos; es cuestión de inversiones gubernamentales que están "fuera de control". Kerry responde a Bush que "los exagerados cortes de impuestos, que el país no puede sufragar, llegaron a quienes no los necesitan", mientras que las cuentas se siguen pasando a la próxima generación. "Debido a las decisiones del Presidente, un niño que nace hoy hereda una deuda de $20,000 – un "impuesto de nacimiento" por uan dedua que no ha tenido decisión alguna en su creación".
Cuando se le pone presión a Bush para que explique el nivel sin precedentes de deuda del presupuesto federal, Bush se refiere a los extraordinarios costos de la guerra en Irak y la necesidad de reforzar las defensas del país para luchar contra el terrorismo. Kerry debate que el Partido Republicano ha controlado el proceso del presupuesto federal durante los últimos tres años y que el presupuesto federal ha pasado de un excedente sin precedentes de $2.6 mil billones que dejó el gobierno de Clinton a un déficit en la actualidad que se calcula en $7,293 mil billones de millones y aumentando $1.7 mil millones por día. La participación de cada ciudadano en ese déficit se calcula que es de aproximadamente el precio de un auto mediano nuevo, con todos los lujos.
Ambas campañas están activamente cortejando el voto hispano, especialmente en estados como California, Tejas, Florida, Illinois, Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, todos los cuales cuentan con altos números de votos electorales y en todos donde el voto latino puede ser el factor decisivo en las elecciones. La Florida Central, el nuevo hogar para casi medio millón de puertorriqueños, se ha convertido en el terreno "cero" para ambos partidos tratar de seducir a los nuevos votantes boricuas en los Estados Unidos. En la última encuesta del Herald, que se llevó a cabo el 4 de marzo – 11.50% de los participantes prefirieron a John Kerry para próximo Presidente de la nación, mientras que 43% votaron por George Bush y 7 % indicaron no haber tomado una decisión aún. Entre los votantes en Puerto Rico, la contienda fue virtualmente un empate en que Bush logró una ventaja de un 1% sobre Kerry. 495 lectores participaron en la encuesta.
Todo parece indicar que la campaña Bush/Cheney cuenta con su mejor argumento en favor de su re-elección basado en el aspecto de liderazgo. El Presidente ha estado proyectándose en las reuniones políticas como el mejor candidato para dirigir la nación en momentos en que se enfrenta a la amenaza del terrorismo. La nación, dice él, "necesita un líder fuerte, decidido y valiente", uno que no se muestre renuente "tomando decisiones difíciles".
El domingo pasado, los eventos que ocurrieron en Pakistán ofrecieron al Presidente Bush la oportunidad de mostrar su capacidad de desición. Aa través del Jefe de Seguridad Nacional, Tom Ridge, el gobierno advirtió sobre posibles ataques terroristas contra instituciones financieras en la ciudad de Nueva York, Washington y Newark, Nueva Jersey, diciendo que "inteligencia" obtenida de un agente de Al Qaeda recientemente aprendido daba indicios de asaltos con autos o camiones a tales "íconos" nacionales como el Banco Mundial y la Bolsa de Valores de Nueva York. Luego, durante toda la semana, las áreas afectadas en la ciudad de Washington y Manhattan se vieron resguardadas por cordones de un masivo despliegue de protección policíaca. ?
Sin embargo, según avanzó la semana, se reveló que la "inteligencia" en cuestión era de hace cuatro años, que apenas si ameritaba el despliegue sin precedentes de las fuerzas que se vieron en ambas ciudades y que no justificaba las alarmantes advertencias diseminadas por el gobierno a toda la nación y al mundo. Los escépticos lo han llamado una treta de la campaña, diseñada para recordar a los votantes su contínua vulnerabilidad. La campaña de Kerry se rehusó a criticar esas acciones y la Casa Blanca está a la defensiva. El Secretario Ridge declaró que "la Oficina de Seguridad Nacional no juega con política", pero luego prosiguió a alabar los esfuerzos ant-terroristas bajo el liderazgo de Bush. En los momentos en que se lanza a la publicidad esta edición del Herald, esto sigue siendo un tema candente entre los programas de noticias a nivel nacional y sin duda se convertirá en un tema importante para las elecciones.
El miércoles, debido a un error en los itinerarios, ambos candidatos se encontraron en el mismo pueblo a la misma hora – Davenport, Iowa – encabezando manifestaciones políticas muy cerca una de la otra. John Kerry sugirió que George Bush debía "dar vuelta a la esquina" para ir a su actividad política a debatir con él los temas de interés para el electorado. El Presidente rechazó la invitación que nunca escuchó directamente, poco después de abordar el avión "Air Force One" llevando en sus manos una mazorca del legendario maís de Iowa. Antes de abandonar el estado, John Kerry también llevaba un par de mazorcas de Zea mays acaparando así el aplauso de quienes lo apoyan.
Se observó que la proximidad física de Bush y Kerry en esa oportunidad bien puede que sea la más estrecha que ambos candidatos logren, contrario a sus puntos de vista que son diametralmente distintos en lo que concierte asuntos tales como la guerra de Irak, seguridad nacional, la economía, cuidado de salud, educación y creación de empleos.
La nación se encuentra dividida y George Bush y John Kerry personifican esa división.
Con sólo tres meses antes de las elecciones, emita un voto temprano en favor del candidato que usted quiera que sea el próximo Presidente de los Estados Unidos. ¿Cuál es su elección?
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