17 de diciembre de 2004
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El tribunal federal pone coto a la producción del PNP
El miércoles en la tarde los redactores y productores del drama legal del Partido Nuevo Progresista (PNP) sobre el tema de la validez de los votos pivazos en la elección general de noviembre en Puerto Rico desmontaron sus escenarios, recogieron sus accesorios de apoyo y despidieron a sus actores después de su más reciente y probablemente último momento bajo las luces.
Tres críticos en Boston (jueces federales en ejercicio) decidieron que la función ya ha terminado para Pedro Rosselló en su intento de obligar a la Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico a declarar inválidos los votos mixtos, que popularmente se los llama pivazos. Estas son las papeletas en que aparecen tres marcas, poniendo en duda la verdadera intención del votante. La mayoría de esos 7,000 a 8,000 votos cuentan con una marca debajo de la insignia del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y luego marcas individuales a favor de los candidatos para Gobernador y Comisionado Residente del Partido Popular Democrático (PPD), Aníbal Acevedo Vilá y Roberto Pratts respectivamente.
El libreto de la obra había sido leído por muchas partes antes de finalmente llevarse a escena ante el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos en Boston. Primero, el Tribunal Supremo de Puerto Rico emitió una rápida decisión determinando que los pivazos eran válidos, con el argumento que ha sido una tradición en Puerto Rico considerar el voto por el partido simplemente como una preferencia partidista mientras que las marcas a favor de los candidatos específicos representan la verdadera intención del votante.
Sin embargo, antes de que el tribunal superior local pudiera terminar de formular el veredicto, ya Rosselló y sus abogados habían sometido una demanda ante el tribunal federal en San Juan, que fue aceptada por el Juez Federal Daniel Domínguez. El testimonio ante su tribunal tomó semanas antes de que el tribunal de apelaciones del Primer Circuito en Boston montara esta producción teatral.
Después de sólo 90 minutos de testimonios y dos días deliberando, los jueces decidieron que la obra nunca debió haber salido de su treatro original en San Juan. Las 41 páginas en que se presentó la decisión de los jueces bien podían haberse resumido en sólo una oración: "los tribunales puertorriqueños son competentes en la interpretación de las leyes electorales de Puerto Rico y los tribunales federales no interferirán."
El PPD, que había rechazado el escrutinio de los tribunales federales en todo el asunto referente a los pivazos, rápidamente alabó la sabiduría de los jueces, mientras que el PNP respetuosamente acató la decisión del tribunal. El Presidente de la Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico, Aurelio Gracia, dijo que se sentía reivindicado por la decisión de Boston. Gracia ha estado ambivalente durante las seis semanas en que se ha lidiado con esta batalla legal, un día haciendo un llamado al recuento de todos los votos, al siguiente pidiendo solamente una revisión de los informes electorales y finalmente una revisión de voto-por-voto de todas las papeletas.
Después de la orden emitida por el Juez Domínguez, Gracia ordenó que los pivazos se pusieran de lado sin incluirlos a los cómputos de ninguno de los candidatos. Pero ahora, a raíz de la decisión en Boston el miércoles, la Comisión Estatal de Elecciones comenzó a añadir esos votos a los cómputos totales. Ya ayer en la noche, habiéndose contado los pivazos en un 44% de los colegios electorales, 4,198 habían sido acreditados a candidatos a la gobernación, 3,800 de ellos al total de Acevedo Vilá. En esos momentos, con 1.2 millones de votos contados de un total aproximado de 2 millones emitidos el 2 de noviembre, seguía habiendo un empate para la posición de Gobernador en que sólo 300 votos separaban a los dos candidatos.
Los estrategas del PNP no han decidido qué medidas legal tomarán, si alguna, para lidiar con lo que se proyecta cada vez más como un recuento que terminará en una muy estrecha victoria para el PPD y su candidato Aníbal Acevedo Vilá. Si se registran cambios dramáticos a favor de Rosselló entre las miles de papeletas en ausencia que todavía no se han contado así como las emitidas por los prisioneros es concevible que el PNP pueda lograr ubicarse en la delantera y ganar por un puñado de votos.
Durante todo el período de actuación en el drama del recuento, los lectores del Herald han tenido la oportunidad de expresar sus opiniones en torno a varios asuntos relacionados con los pivazos.
En una de las encuesta un 60% de los lectores consideraron que los tribunales federales debían retener jurisdicción sobre el destino de las papeletas con tres votos. En la encuesta de la semana anterior, 58% opinaron que los pivazos debían declarse inválidos. En la encuesta recién concluída la semana pasado, 57% de los lectores indicaron que, debido a los resultados obtenidos en la reciente elección general en que obtuvo menos de un 3% de los votos, al Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) no se lo debe permitir continuar existiendo como un partido oficial, una clasificación que le permitiría continuar recibiendo aproximadamente $11 millones de fondos públicos.
Tal vez más inquietante de todas fue la encuesta en que se formuló la pregunta si un gobierno compartido sería bueno o malo para Puerto Rico, en vista que los candidatos del PNP ganaron fuertes mayorías en la legislatura de Puerto Rico, así como en las municipalidades y su candidato para Comisionado Residente, Luis Fortuño, irá a Washington a representar la isla ante el Congreso de los Estados Unidos. Un 57% de los lectores consideran que el arreglo sería uno adverso, 31% opinaron que sería algo bueno, mientras que un 11% quedaron rascándose la cabeza.
En estos momentos, es muy probable que por primera vez en su historia, toda la isla tendrá la oportunidad de descubrir si un gobierno compartido funciona o no.
Esta semana le pedimos a nuestros lectores que nos dejen saber si están de acuerdo o no con la decisión del tribunal federal de revertir el asunto de los pivazos de vuelta a los tribunales puertorriqueños.
Por favor, emita su voto arriba.