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EL VOTO DE PUERTO RICO NO FUE UN FIASCO

Por Dick Thornburgh

En términos históricos y constitucionales, el voto por el status político reciente en Puerto Rico fue un paso necesario pero obviamente no decisivo en el camino de la propia-determinación que lleva al propio-gobierno completo. En lugar de darle una excusa al Congreso para ignorar el dilema del status político de Puerto Rico, el voto de 50.2% por "Ninguno de los de Arriba" y 46.5% por la estadidad plantea preguntas que solamente el Congreso puede contestar.

Legalmente, estos resultados son importantes porque el voto disipa la profunda confusión creada por otro plebiscito local en 1993. Ese voto estuvo mal influenciado por la definición de estado libre asociado de la votación, basada, prohibición constitucional de "obtenga ambos lados", en una mezcla de beneficios claves de estadidad e independencia, pero ni las responsabilidades ni la carga total de ninguno de los dos.

La definición de estado libre asociado en la votación de 1993 como una unión constitucionalmente permanente y no-territorial, con derechos y poderes especiales que ni siquiera disfrutan los estados, ha sido rechazada como material legal por la Corte Suprema de E.U., el Servicio de Investigación Congresional y el Departamento de Justicia. Aunque esa definición falsa de estado libre asociado ganó menos de la mayoría de los votos en 1993, un voto nuevo bajo opciones legalmente válidas fue imperativo para restaurar la legitimidad del proceso de propia-determinación.

El actual status de Estado Libre Asociado territorial tal como existe bajo ley federal fue decisivamente rechazado cuando recibió solamente .1% de los votos. El status de nación separada en la forma de independencia o de república asociada también fue rechazado por todos con excepción del 2.8% de los votos.

El apoyo por parte del partido del Estado Libre Asociado a la opción "Ninguno de los de Arriba" más que una descripción precisa del status quo solo confirma su falta de definición de Estado Libre Asociado aceptable a ambos, los votantes y el Congreso, dentro de la estructura de la Constitución de los E.U. Para alinearse con el sentimiento con el fuerte sentimiento pro-E.U. del votante, el partido del estado libre asociado prometió en 1993 y de nuevo en 1998 que el estado libre asociado asegura una "unión permanente" y una "ciudananía americana irrevocable" para siempre, y para atraer a los votantes separatistas también prometió "autonomía nacional."

Así que, en lugar de ser un respaldo al status quo, el voto de los partidarios del Estado Libre Asociado en 1993 y 1998 enfrenta al Congreso con las preguntas de cuán permanente la unión y la ciudadanía irrevocable puede ser alcanzada por Puerto Rico de acuerdo con la Constitución de E.U. Como el Congreso ha descuidado su papel de definir el camino en este dilema, el 50.2% de los votos "Ninguno de los de Arriba" puede ser mejor interpretado como una expresión de incertidumbre sobre las opciones reales que el Congreso considerará, y para otros como un apoyo deseoso por "una-nación-dentro-de-una-nación" super-status de estado libre asociado que no existe bajo la Constitución de E.U.

La realidad política que emerge del proceso un tanto tortuoso de propia-determinación en Puerto Rico es que un 46.5% de los votantes cree que Puerto Rico debe asumir iguales responsabilidades para obtener iguales derechos de ciudananía, y que la estadidad es la única forma permanente de unión y nacionalidad bajo la Constitución de E.U. No es sorprendente, que un 50.2% de los votantes todavía quieren saber si el Congreso continuará dando los $10 billones anuales del subsidio al contribuyente, y si permitirá al territorio convertirse en un enclave permanente cultural, linguístico y de separatismo político bajo la bandera Americana.

Eso es precisamente lo que pasará si el Congreso no hace nada. Perpetuará una política deplorable e insostenible de usar beneficios federales libres de impuestos como falta de incentivo para 3.8 millones de ciudadanos americanos para buscar el propio-gobierno total y la igualdad a través de la propia-determinación.

Dede 1789 el Congreso ha resuelto el status de 33 territorios grandes y poblados a favor de la nación separada o estadidad. En cada uno de esos casos, el Congreso definió las opciones como estado territorial contínuo, unión permanente y ciudananía irrevocable por medio de la incorporación resultando en estadidad, o nación separada. Eventualmente tendrá que hacer lo mismo por Puerto Rico, clarificando el status actual y definiendo las opciones para el cambio. Aunque la igualdad total y la democracia pueden demorarse, la verdad sobre las opciones reales de Puerto Rico no pueden permanecer oscuras por siempre.

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