|
Click here to see this
document in English.
Una Crítica del "1999
Puerto Rico Review"
por Christina D. Burnett
para la Fundación Educativa de Ciudadanos
4 de enero de 2000
El Puerto Rico Herald recientemente reprodujo "1999
Puerto Rico Review" por el "Americas Review World of
Information." Aunque este informe contiene alguna información
útil, desafortunadamente perpetuó alguna información
errónea y dañina (y demasiado común) sobre
el estatus de Puerto Rico. Dado el nivel asombroso de ignorancia
que ya existe con respecto al estatus de Puerto Ricoy dado
que esa ignorancia es uno de los obstáculos más
grandes a resolver nuestro dilema del estatusaquellos que
participan en el debate sobre el estatus tienen la responsabilidad
de promover un diálogo más informado sobre el futuro
de nuestra isla. Con este motivo, escribimos para corregir algunos
de los errores de este informe.
El "1999 Puerto Rico Review"
describe incorrectamente el plebiscito de diciembre de 1998 como
"un referendum proponiendo la incorporación formal
de Puerto Rico a los Estados Unidos."
El informe describe al plebiscito de diciembre del 1998
como "un referendum proponiendo la incorporación
formal de Puerto Rico a los Estados Unidos." Esto es incorrecto
como cuestión de hecho. El referendum propuso cuatro opciones,
más "ninguna de las anteriores." Las opciones
incluían la estadidad, el E.L.A. territorial, la libre
asociación, y la independencia.
Como la papeleta no incluyó al "E.L.A. mejorado,"
fue extensamente criticado por favorecer a la estadidad. Quizás
sí, quizás no. Independientemente de la opinión
de uno sobre esta cuestión específica, lo que no
hizo la papeleta fue proponer la "incorporación."
Al contrario, propuso varias alternativas de estatus, y le dio
a los votantes la opción de escoger entre ellas.
Si uno desea entender las opcionesy, lo que es aún
mas importante, si un votante desea hacer una elección
informadaes crucial entender la distinción entre la
"incorporación" y las otras opciones. La incorporación
sólo ocurre de una manera, y es si el Congress decide incorporar
a un territorio. La "incorporación" implica una
intención Congresional de admitir al territorio como estado
en algún momento. Pero nada, en ningún lugarninguna
ley, ningún reglamento, ninguna política pública,
ninguna opinión de ningun tribunalrequiere la incorporación
antes de la estadidad. El poder del Congreso de admitir estados
no está limitado a territorios "incorporados."
Por lo tanto, la incorporación podría preceder a
la estadidad, pero no es un requisito.
La falta de conocimiento sobre la "incorporación"
es fácil de explotar, como se hizo evidente antes del plebiscito
de diciembre del 1998. En los días antes del voto, Rafael
Hernández Colón dijo que una victoria para la estadidad
resultaría en la incorporación automática
de Puerto Rico (y con ella, la imposición de impuestos
federales). El Sr. Hernández Colón debía
saber mejor. La estadidad, si ganara, no requeriría ningún
método en particular de admisión. El Congreso, si
quisiera, podría proponer la incorporación de Puerto
Rico. El Congreso podría proponer la admisión automática.
El Congreso podría proponer otro plebiscito. Es más,
el Congreso podría ignorar el resultado por completo. (Por
eso es precisamente tan importante que tener un proceso de auto-determinación
auspiciado por el gobierno federal, con aprobación Congresional
de las opciones de antemano. Esto le pondría presión
al Congreso a responder a los resultados.) En resumen, la amenaza
de "incorporación" que usó el Sr. Hernández
Colón fue simplemente un táctica para asustar. Al
hacer esto, le hizo un flaco servicio a los votantes, impidiendo
su habilidad de hacer una decisión informada.
El "1999 Puerto Rico Review"
perpetuó una retórica engañosa y partidista
al decir que la estadidad fue "rechazada," sin decir
que la libre asociación, la independencia, y el E.L.A.
territorial también fueron rechazados, y por márgenes
mucho más grandes.
Como muchos de los medios noticiosos americanos, este informe
resume los resultados del plebiscito de diciembre del 1998 como
un "rechazo a la estadidad." ¿Pero porqué
este enfoque en la estadidad? He aquí los resultados: 50.30%
para "ninguna de las anteriores," 46.49% para la estadidad,
2.54% para la independencia, 0.29% para la libre asociación,
0.06% para el E.L.A. territorial. ¿Cómo es esto
una derrota para la estadidad solamente? En realidad, el resultado
ganador habla por si mismo: "ninguna de las anteriores."
Ninguna de las anteriores ganó. Todas fueron derrotadas.
Es cierto que un análisis honesto require un reconocimiento
que las definiciones en la papeleta fueron controversiales. El
Partido Popular Democrático (PPD) se opuso a la definición
del "E.L.A." en la papeleta, y boicoteó a esa
opción. Pero aún asumiendo que fue justificada esa
oposición, quedan todavía dos opciones que sufrieron
una derrota abrumadora: la independencia y la libre asociación.
Nadie se opuso a las definiciones de estas opciones, y sin embargo,
recibieron un porcentaje casi insignificante del voto. El énfasis
sobre la derrota de la estadidad es un énfasis engañoso
y partidista, y no hace nada para promover un debate informado
sobre el estatus.
El "1999 Puerto Rico Review"
esta incorrecto otra vez al decir que en el 1993, "los puertorriqueños
votaron por retener su estatus de Estado Libre Asociado dentro
de los Estados Unidos," y que en el 1998, votaron "a
favor de retener el Estado Libre Asociado."
Un error que se ha propagado como una plaga es la afirmación
que los puertorriqueños han votado por retener el Estado
Libre Asociado. Esto, sencillamente, no es cierto. Lo que han
escogido la mayoría de los votantes puertorriqueños
en plebiscitos pasados es el E.L.A. "mejorado." El voto
de 48% en el plebiscito del 1993 fue un voto para el E.L.A. mejorado.
El voto de 50.3% en el 1998 ha sido sujeto a muchas interpretaciones
creativas (incluyendo la interpretación que fue una victoria
para la estadida, que tampoco es cierto), pero ese resultado no
ha cambiado la posición del PPD que al E.L.A. hay que "mejorarlo."
Lo que hay que entender es que el E.L.A. mejorado no se parece
en nada al E.L.A. actual. De acuerdo con la "Propuesta para
el Desarrollo del Estado Libre Asociado," un documento aprobado
por la Junta de Gobernación del PPD, el E.L.A. mejorado
conllevaría una delegación de poderes por Puerto
Rico al gobierno federal; al contrario, hoy en día, siendo
Puerto Rico territorio (o sea, colonia), es al revés: el
gobierno federal le delega poderes a Puerto Rico. De acuerdo con
la Propuesta del PPD, con el E.L.A. mejorado Puerto Rico
tendría numerosos poderes que hoy no tiene, como el de
negociar tratados, y otros que jamás podrá tener,
como el de vedar leyes federales. En fin, el E.L.A. mejorado que
han pedido los puertorriqueños no es el E.L.A. actual.
Decir que los puertorriqueños han escogido el E.L.A.
actual le hace un daño grande a Puerto Rico, porque crea
la impresión de que los Estados Unidos no tienen la culpa
por la condición colonial de Puerto Rico (al sugerir que
los puertorriqueños la han aceptado), y por lo tanto, que
el Congreso no tiene que hacer nada acerca del estatus. Ambas
impresiones, por supuesto, son falsas.
Aquellos que siguen el debate sobre el estatus entienden que
todos los partidos políticos de Puerto Rico buscan cambios
fundamentales al estatus actual, un estatus obviamente colonial
e innegablemente inaceptable. Al igual que el PNP pro-estadidad
y el PIP pro-independencia, el PPD busca un estatus muy distinto
al que tenemos hoy.
Nadie busca retener el estatus actual. Diseminar el error que
los puertorriqueños apoyan su estatus actual colonial,
como lo hace el "1999 Puerto Rico Review," es reducir
la probabilidad de una solución pronta al problema del
estatus. Después de todo, el mito de que los puertorriqueños
quieren mantener su estatus colonial es precisamente la excusa
que necesita el Congreso para lograr seguir ignorando el problema
del estatus colonial de Puerto Rico, como lo ha hecho ya por 101
años.
|