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Click here to see this document in English. MIAMI HERALDEl debate sobre los bombardeos en Vieques es un símbolo de la identidad dual puertorriqueñaby Juan TamayoMarch 20, 2000 SAN JUAN, Puerto Rico - El abogado Oscar Moscoso explica que cuando el mes pasado se unió a otros 80 mil puertorriqueños en una marcha que reclamaba a la Marina estadounidense el cierre de su campo de tiro en Vieques, simplemente demostró cuán americano es. Como la mayoría de los cuatro millones de personas de este estado libre asociado estadounidense (ELA), Moscoso sólo habla español y no inglés, define su nacionalidad como puertorriqueña y se refiere a la isla caribeña como su "país". "Pero si realmente hubiéramos visto a la Armada como un poder extranjero, hubiera corrido sangre", aclaró Moscoso, de 34 años. "Marchamos pacíficamente porque somos ciudadanos estadounidenses responsables". Inicialmente considerada como una señal del creciente nacionalismo puertorriqueño y una bofetada para quienes abogan por la estadidad, la marcha por Vieques del 21 de febrero terminó simbolizando la dualidad -que a menudo llega al enfrentamiento- entre las identidades puertorriqueña y americana de la mayoría de la población de la isla. "Esta es una mixtura que no tiene sentido para quienes vienen de afuera, pero somos puertorriqueños que atesoramos nuestra ciudadanía estadounidense. Somos latinoamericanos, al mismo tiempo que parte de los Estados Unidos, explicó el historiador Alex Maldonado. La confirmación de este argumento, expresaron líderes políticos y analistas, es que otros 80 mil personas hicieron flamear banderas americanas en un manifestación realizada el 5 de marzo con el auspicio del gobernador Pedro Rosselló, con el propósito de contrarrestar la anterior y demostrar su "americanidad". "Esta es la historia de Puerto Rico, un barco a la deriva en un mar de contradicciones, escribió el columnista Frank Ramos. "Como diría el Sombrerero Loco de Alicia en el País de las Maravillas, parecemos estar moviéndonos en todas las direcciones al mismo tiempo, es decir, no nos movemos en ninguna dirección" La cuestión de Vieques, una pequeña isla al este de Puerto Rico que la Marina usa desde hace 50 años para bombardeos aéreos y prácticas de tiro naval, se insertó como una cuña entre las identidades gemelas de los puertorriqueños. EL ULTIMO ACTO Las contenidas acusaciones de que las bombas contaminaban el aire y el agua, causando enfermedades a los 9300 residentes de Vieques y manteniéndolos en la pobreza al espantar el turismo, estallaron en abril, cuando una bomba perdida mató a un guardián civil del campo de tiro. Decenas de manifestantes ocupan el campo de tiro para impedir más bombardeos, y las exigencias de la Armada de que sean arrestados exacerbaron las acusaciones de que ésta aún se comporta como un ocupante colonial, a 101 años de la Guerra Hispano-Americana. Incrementando la carga emocional vinculada al asunto Vieques, la disputa sobrevino en momentos en que Puerto Rico se henchía de orgullo nacional por el suceso de sus hombres, con Ricky Martin alcanzando el tope del ranking musical; el boxeador Felix Trinidad ganando la corona mundial de peso welter y Bernie Williams, Ricky Ledee y Jorge Posada contribuyendo a la actuación de los New York Yankees en la World Series. Sin embargo, las encuestas muestran que aunque la abrumadora mayoría quiere el cierre del campo de tiro, la disputa no tuvo efectos visibles en el empate que durante décadas se produce entre los partidarios la estadidad y los que favorecen la continuidad del ELA. "AMERICAN WAY" "Apoyo a Vieques y puedo estar en contra de la Armada, pero no soy antiamericano", manifestó Moscoso, mientras almorzaba en un local de McDonalds. "En Nueva York, si usted protesta contra el alcalde, usted es antiamericano? ¿Ese es el american way, no? A continuación añadió: "resulta que me gustan tanto McDonalds como el mofongo", refiriéndose a al tradicional plato puertorriqueño con puré de plátanos. Según los críticos, las quejas de Rosselló de que la marcha del 21 de febrero fue "antiamericana" y la contramanifestación fueron concebidas como campaña anticipada del Partido Popular Democrático para las próximas elecciones de gobernador y legislativa. La última encuesta del diario El Nuevo Día le otorgó a la alcaldesa de San Juan, Sila Calderón, del Partido Popular Democrático -defensor del ELA- el 44 % de los votos en la elección de gobernador y a Carlos Pesquera, del Partido Nuevo Progresista de Rosselló, el 30 %. "ANTI -INCUMBENT" Los analistas políticos afirman que la brecha se debe, principalmente, al descontento del votante con los altos niveles de criminalidad y corrupción que marcaron los dos mandatos de Rosselló en el gobierno. Rosselló no busca la reelección. Las encuesta le otorga al líder del Partido Independentista Puertorriqueño, Rubén Berriós -quien se ha convertido en un símbolo de la batalla de Vieques con su ocupación del campo de tiro desde mayo- el mismo apoyo de un 5 a 6%, con el que ha contado en los últimos 10 años. "Vieques es un tema muy importante, pero no creo que afecte la identidad puertorriqueña o las elecciones de noviembre", declaró Ramos en una entrevista. La mayoría de los analistas culpan al propio Rosselló de aumentar la controversia al asumir el liderazgo de los reclamos para que la Marina de Guerra cerrara su campo de tiro y manifestar en audiencia ante una comisión del Congreso estadounidense en Washington que no permitiría "ni una sola bomba más en Vieques". PANEL PARCIAL Rosselló creó una comisión para estudiar el tema y la llenó de conocidos partidarios del cierre del campo de tiro, entre los que se encontraba Lolita Lebrón, una activista independentista que disparó en el Congreso de los EE.UU. en 1954- que recomendó el retiro total de la Marina de la "pequeña isla". Pero Rosselló rompió con la mayoría de los puertorriqueños en enero, al negociar un acuerdo con el presidente Clinton por el cual la Marina podrá usar bombas inertes" por dos años y deberá cerrar completamente el campo de tiro en 2003". Aunque el pacto está sujeto a un referéndum entre los residentes de Vieques, la Iglesia Católica se puso en su contra, auspiciando la marcha del 21 de febrero, y los opositores más aguerridos han renovado su promesa de continuar con la ocupación de las tierras. Ramos afirma que Rosselló montó la marcha del 5 de marzo para defender su acuerdo con Washington y de esa manera aumentar las posibilidades de conseguir un puesto en Washington en caso de que el vicepresidente Al Gore gane las elecciones presidenciales de noviembre. "Pero sus declaraciones de que la marcha de febrero fue peligrosamente antiamericana fueron un error", evaluó Ramos. "Puede haber sido una expresión de nacionalismo, pero también demostró que estamos orgullosos de nuestra ciudadanía estadounidense".
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