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27 de noviembre de 2000
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SAN JUAN, Puerto Rico - La temporada navideña ha comenzado oficialmente en la isla.

Las ondas radiofónicas están inundadas de música navideña con guitarras e instrumentos de percusión y las personas hacen colas para comprar juguetes. Las fiestas son lo que muchos estaban esperando después de un año muy especial.

Esta época es también un tiempo de agradecimientos, y hay mucho que agradecer.

Mientras sus hijos contemplaban un Santa Claus mecánico cargado de regalos en la vidriera de un negocio del Viejo San Juan, Rafael López agradeció que sus niños estuvieran sanos y que la temporada de huracanes haya sido piadosa este año con Puerto Rico. También expresó un agradecimiento que resulta apropiado cada cuatro años.

"Definitivamente tenemos que agradecerle a Dios que las elecciones terminaron", manifestó López, de 34 años, administrador del Departamento del Trabajo, refiriéndose al intenso y largo año de campaña. "Usted tiene todos esos comerciales y autos con altavoces y los golpes bajos que los candidatos intercambian en la televisión, para después verlos abrazarse entre sí".

Por supuesto, la gente no se desapasiona por la política justo después de las elecciones. Las batallas de poder en el Capitolio por los puestos de conducción y los dimes y diretes del proceso de transición entre el equipo del gobernador Pedro Rosselló y los asesores de la gobernadora electa Sila María Calderón mantienen ocupados a los adictos a la política.

Pero ya no es como la campaña. Y muchos están agradecidos de que no fuera necesario aquí un recuento de votos como en Florida. En Puerto Rico, un ejército de voluntarios de los tres principales partidos políticos contó manualmente alrededor de 2 millones de papeletas, tabulando los votos para más de 1000 cargos públicos de la isla, y todos los resultados estuvieron listos en nueve horas.

Gracias a los mensajeros y a los voluntarios, los partidos conocieron el resultado mucho antes, y para las 11 de la noche ya había sido consagrada la vencedora y se habían dado los discursos correspondientes en vivo por televisión. Sin necesidad de considerar encuestas a boca de urna, máquinas y confusiones en las perforaciones.

Muchos aprecian lo que podría ser una tendencia más duradera: el consenso sin precedentes que el tema de Vieques logró formar en la dirigencia política social y religiosa.

Virtualmente todos los puertorriqueños se unieron para demandar que la Marina de los EE.UU. detenga sus ejercicios de entrenamiento en Vieques, deje todo limpio y se retire. Ese consenso se rompió cuando el gobierno de Rosselló aceptó una negociación, pero parece estar nuevamente encaminado después que los presidentes de todos los partidos políticos volvieran a abrazarlo tras las elecciones.

"Esto es importante porque estamos cultivando la tolerancia y el respeto hacia los diferentes sectores de nuestra sociedad", opinó Ivette Rivera, 32, una contadora de Río Piedras. "Con un cambio en el gobierno, vemos una nueva apertura, un nuevo día".

Por supuesto, los que perdieron en esta ecuación política no serán tan generosos. Pero la mayoría está de acuerdo con una gradual transformación de Puerto Rico, y se manifiesta agradecida al respecto.

La población parece cada vez más críticas con sus dirigentes. Los grupos civiles están mejor organizados, tienen más conocimiento de los medios y hacen escuchar su voz en las cortes y en los debates públicos. Un creciente número de votantes no parece estar dispuesto a seguir ciegamente a los partidos políticos, y cada vez son más los ciudadanos que aprenden a hablar por sí mismos.

La directora de comunicaciones de Rosselló, Frances Rodríguez, destacó el espíritu de las mujeres que se le aproximaron en las visitas para manifestarle que estaban haciendo todo lo necesario para obtener habilitaciones comerciales que les permitan cuidar niños ajenos en sus hogares.

"Por fin la gente está internalizando su propia fuerza, y ese es un gran logro", dijo Rodríguez, que también está agradecida por haberse convertido en madre recientemente. "Están viendo que no sólo el gobierno, sino que también ellos pueden hacer cosas. Ellos tienen el poder".

Y eso es algo por lo que, con certeza, debemos estar agradecidos.