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Click here to see this page in English. The New York TimesCiudadanos que no pueden votar al presidenteEl espectáculo de Florida tiene una resonancia extra en Puerto RicoPor Edda Ponsa-Flores8 de diciembre de 2000 SAN JUAN, P.R. - Con los ojos de la nación todavía puestos en la interminable batalla por los votos presidenciales de Florida, nadie parece tener en cuenta lo que está ocurriendo un poco más al sur, donde millones de votantes registrados se vieron impedidos de votar en la elección presidencial. Me refiero a los votantes del territorio estadounidense de Puerto Rico. De los 2,4 millones de votantes registrados en el Estado Libre Asociado (ELA), unos 2 millones concurrieron a las urnas para emitir sus votos en las elecciones locales el 7 de noviembre. Hasta pocos días antes de la elección, esos votantes esperaban encontrar una papeleta presidencial cuando arribaran al comicio. Esto no les hubiera permitido tener voz en la elección, ya que Puerto Rico no tiene votos en el Colegio Electoral, pero habría sido una oportunidad para indicar una preferencia, un pequeño pero potencialmente significativo primer paso hacia el pleno goce de los derechos políticos. Aunque incompleto, este referéndum no vinculante habría sido la primera votación presidencial en Puerto Rico en 102 años, desde que los EE.UU. declararon su soberanía sobre la isla. Y por primera vez los ciudadanos de Puerto Rico, sí, nosotros somos ciudadanos americanos, hubieran tenido la oportunidad de escoger un comandante en jefe, aunque pueden ser enrolados en las fuerzas armadas y lucharon en todas las guerras de los EE.UU. desde 1917. Este simbólico y ansiado voto presidencial no pudo ser porque la Corte Suprema de Puerto Rico falló en contra de su realización. La corte declaró que dicho voto, ordenado por la Legislatura de Puerto Rico luego de que los votantes locales ganaran un juicio en un tribunal inferior, violaba la Constitución puertorriqueña. La razón: dado que los votos presidenciales no serían contados en la elección federal, organizar dicha elección hubiera generado gastos de fondos públicos con propósitos no públicos. Los votos presidenciales de Puerto Rico no cuentan por una simple razón: la Constitución de los Estados Unidos no garantiza a los ciudadanos el derecho a votar por la presidencia. Como se nos recuerda constantemente en estos días, el Artículo II le otorga a los estados (y, más recientemente, al Distrito de Columbia), no a las personas, la facultad de elegir al presidente. Los individuos tienen sólo el derecho a votar en base de igualdad con otros ciudadanos en sus jurisdicciones. Y la Constitución no hace provisiones para los territorios, como Puerto Rico y Guam, en el Colegio Electoral. La Corte de Apelaciones de Boston le recordó esto a Puerto Rico un mes antes de la elección, cuando a requerimiento del Departamento de Justicia anuló una sentencia de la Corte del Distrito Federal de San Juan en la cual se establecía que los puertorriqueños tenían derecho a votar al presidente, por el simple hecho de ser ciudadanos americanos. Ha llegado la hora de otorgarle a esos ciudadanos, y a aquellos que residen en otros territorios estadounidenses, el derecho a votar el presidente de los Estados Unidos. Este derecho, esta representación democrática no tiene que estar conectada con la estadidad. El distrito de Columbia obtuvo sus tres votos electorales en 1961, con la aprobación de la 23ª Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. ¿Por qué no se efectúa una nueva enmienda constitucional que otorgue el voto a los ciudadanos de Puerto Rico y otros territorios? Luego que se calme la agitación por el caos de Florida, seguramente continuará el debate nacional respecto de los roles del voto popular y el voto electoral. Quizás entonces, algunos de los defensores de la democracia que están tan activos en Florida miren un poco más allá del continente y se ocupen de la cuestión de por qué los votos no cuentan si son emitidos por ciudadanos en Puerto Rico. Edda Ponsa-Flores es una abogada que ejerce en San Juan
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